¿Cómo reacciona un estoico ante los insultos? ¿Qué es la ataraxia y cómo se entrena? (#147)

«Hoy tropezaré con algún entrometido, con algún ingrato, con algún insolente, con algún mentiroso, envidioso o egoísta».

Esto era lo que Marco Aurelio escribía en su propio diario al amanecer, antes de comenzar sus tareas diarias. Era su manera de prepararse para lo que podía enfrentar a lo largo del día, y ser capaz así de mantener la calma ante cualquier situación y actuar de la manera más sabia posible, pues como Séneca nos enseñaba:

«La adversidad inesperada golpea con más fuerza”.

Nunca dejaremos de ser blanco de ofensas o insultos, pero si nos entrenamos a diario, estos llegarán a tener el mismo efecto sobre nosotros que ladridos de pequeños perros.

Epicteto no se cansó de repetir a aquellos que querían escucharle, que;

“… no es lo que ocurre a tu alrededor, sino la opinión que creas sobre ello”.

¿Te imaginas la liberación y al mismo tiempo fortaleza que supondría este tipo de inmunidad ante los diferentes insultos u ofensas que puedas recibir?

“Que percibamos el comentario de alguien como insulto o no depende totalmente de nosotros, sin importar la intención de nuestro interlocutor”.

Si alguien te ofende con sus palabras, piensa si tiene razón o no. En el caso de que la tuviera, te está haciendo un favor al indicarte qué tienes que mejorar. Y de no tenerla, ¿por qué le íbamos a regalar nuestra atención?

Marco Aurelio (121-180 dC) escribía:

“No deja de sorprenderme el hecho de que, aunque nos queremos más que a otras personas, valoramos más sus opiniones que las nuestras propias”.

Ante este tipo de situaciones, los estoicos aprovechaban para entrenar la ataraxia. La ataraxia es un concepto fundamental en el estoicismo, pero ¿qué es realmente? ¿qué significa ataraxia?

Este término procedente del griego (ἀταραξία) significa «ausencia de turbación», y constituye una de las principales metas que perseguían estoicos, epicúreos y demás filosofías occidentales u orientales, pues… ¿quién no persigue alcanzar la paz interior?

Para entrenar la ataraxia ante los insultos y ofensas, una de las prácticas que el maestro Epicteto recomendaba llevar a cabo, era insultar a las piedras e imaginar qué efecto tendría sobre ellas aquellos insultos, para tratar de emular su respuesta.

Recuerda la historia de Cleantes de episodios anteriores, y cómo reaccionaba ante semejante ataque inesperado delante del público en el teatro.

La ofensa tendrá lugar solo si quien la recibe la interpreta así. Epicteto nos preguntaría:

“¿Acaso las piedras se sentirían ofendidas ante el mayor de los ataques verbales?”

Ten presente que somos nosotros quienes ponemos la etiqueta de que algo es malo o bueno. Pensemos si nos tomaríamos igual un mismo ataque hace 10 años, que ahora, o dentro de 10. Posiblemente no, pues seríamos una persona con un desarrollo personal y una sabiduría diferente.

“No olvides que la ofensa no se encuentra, ni en el insulto, ni en los golpes que recibes, sino en tu opinión. Por ello, cuando un hombre exalta tu cólera, debes saber que es tu propia opinión la que te ha irritado. Esfuérzate en no dejarte llevar por las apariencias. Pues cuanto antes lo hagas, más fácilmente adquirirás control sobre ti mismo”.

Epicteto (55-135 dC)

Arriano, escribía recogiendo las enseñanzas de su maestro, que éste, les animaba a que en el caso de que se enteraran de que alguien estaba hablando mal de ellos, que no trataran de defenderse de los rumores, sino en su lugar, responder con algo similar a:

“Sí, y dice solo eso porque no se ha enterado del resto de mis defectos”.

Acostumbrarnos a llevar a cabo este tipo de prácticas estoicas, acaba por transformar los momentos incómodos de crítica en momentos de diversión. Como dice el estoico moderno William Irvine;

“Sé que suena extraño, pero una consecuencia de la práctica del estoicismo es que se buscan oportunidades para emplear las técnicas estoicas”.

Sigamos el ejemplo de estos maestros del control mental, tiremos de humor, y aprovechemos cada situación para mejorar “en el juego de los insultos” y alcanzar la ataraxia.

“¿Alguien me desprecia? Ese es su problema. Mi misión es asegurar que no hago nada que merezca desprecio”

Marco Aurelio (121-180 dC)

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Fuentes empleadas

• Ataraxia
• Cómo ser un estoico – Massimo Piggliuci
• Meditaciones – Marco Aurelio