En la vida debemos comportarnos como en un banquete.
¿La bandeja que van pasando llega hasta a ti?
Aprovecha la oportunidad para extender la mano y servirte con moderación.
¿Pasa de largo?
No la detengas ni tampoco interrumpas a otros para que lo hagan por ti. Disfruta del momento para saborear lo que tengas en tus manos y para compartir impresiones y conocimiento con los que te rodean. Nunca sabes dónde o cuándo vas a encontrar a un posible buen amigo, socio o pareja.
¿Todavía no llega?
No proyectes hacia el futuro tu deseo, y tampoco esperes que llegue hasta ti, pues cuando te alcance, si lo hace, puede que ya vaya vacía o contenga cosas que no sean de tu agrado…
Compórtate de la misma manera en las diferentes situaciones de tu vida.
Vive en el presente y exprime la ocasión. Conténtate y valora lo que tienes. Esfuérzate para crecer cada día como persona, desarrollar tus talentos y perfeccionar esas habilidades necesarias para llegar a donde te diriges.
Hazlo sin buscar impresionar o demostrar nada a nadie. Que te lo demuestres a ti será suficiente. Tampoco prestes demasiada atención a los halagos de los demás, pues se suele hablar mucho y regalar demasiado los oídos, lo que inflama el ego y aletarga nuestros sentidos.
Analiza meticulosamente cada acción que vayas a tomar. Examina sus requerimientos y consecuencias, y solo entonces, empréndela. De lo contrario, corres el peligro de iniciarla con entusiasmo e ilusión, pero en cuanto aparezcan algunas dificultades, renunciar a ella vergonzosamente.
Piensa de qué se trata y estudia tu propia naturaleza para ver si eres capaz de abordarlo, valorando el precio que tendrás que pagar por llevarlo a cabo, pues nada es gratis.
Establece ya para ti mismo un carácter y un estilo de vida, y cíñete a ellos, tanto frente a ti mismo, como en relación con los demás.
Esto puede conllevarte críticas, opiniones e incluso ser el hazmerreír para ciertas personas de tu entorno. Mantente firme en tu posición. Si lo consigues en el tiempo, los que antes se reían de ti te admirarán más tarde, pero si flojeas ante ellos, se reirán de ti el doble.
No pierdas el tiempo, pues éste, además de ser irrecuperable, puede agotarse de manera imprevisible.
Como diría George S. Clason en su novela “El hombre más rico de Babilonia”;
“La oportunidad es una diosa arrogante que no espera a los que no están preparados.”
El momento de ponerse en marcha y trabajar para ello es ahora, puliendo cada día nuestras imperfecciones y mejorando el hábito de la excelencia, o en palabras de James A. Murphy:
“Buscar la excelencia significa elegir forjar tu propia espada para cortar las limitaciones de tu vida.“