“Campesino para ganarme la vida en la primera etapa de mi vida. Después, me dediqué a luchar por cambiar y mejorar la vida de mi sociedad. Y mañana, como cualquier hijo de vecino seré un montón de gusanos.”
El expresidente de Uruguay José Mujica (1935), estuvo a punto de morir por heridas de bala en varias ocasiones y fue encarcelado durante casi 15 años… o como el decía;
“Cosas de rutina para quien se mete a transformar el mundo”.
Esta persona única, a pesar de haber visto la peor cara de la humanidad durante su etapa guerrillera continúa sosteniendo con convicción:
“Y por encima de todas las cosas… AMO LA VIDA”.
En una de sus entrevistas, nos decía;
“Tras siete años sin poder tocar un libro, uno tiene mucho tiempo para pensar, y esto fue lo que descubrí:
“O logras ser feliz con poco, y liviano de equipaje, porque la felicidad está dentro de ti, o no logras nada”.
“Como hemos inventado una sociedad consumista, y la economía tiene que crecer, porque sino crece es una tragedia, inventamos una montaña de consumo superfluo. Hay que tirar y vivir comprando…
Y lo que estamos gastando es tiempo de vida. Porque cuando compramos algo, no lo compramos con dinero. Lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener ese dinero. Pero con esta diferencia;
La única cosa que no se puede comprar es la vida. La vida se gasta. Y es miserable gastar la vida para perder libertad.
Lo que estoy planteando no es volver al mundo de las cavernas. No, no es eso. Lo que estoy planteando es darle la espalda al mundo del despilfarro, de los gastos inútiles, de las casas impresionantes, que necesitan después tres, cuatro, cinco, media docena de sirvientes.
¿Para qué todo eso? ¿Para qué? ¿No es necesario?
Se puede vivir con mucha más sobriedad y gastar los recursos que se tengan en cosas que de verdad sí son importantes.
Es tan particular la constitución de nuestra naturaleza, que terminas aprendiendo mucho más del dolor que de la bonanza.
Quiero transmitir a la gente que siempre vale la pena caerte y volverte a levantar. Volver a empezar una y mil veces mientras uno esté vivo. Ese es el mensaje más grande de la vida.
“Derrotados son los que dejan de luchar. Y dejar de luchar es dejar de soñar”.
Luchar, soñar, y andar cayéndose y chocando con la realidad es el sentido que tiene la existencia.
No se puede vivir cultivando el rencor, ni se puede vivir dándole vueltas a tus penas, pues éstas no te las repara nadie. Hay que aprender a cargar con las cicatrices y las mochilas, y seguir andando y mirando hacia delante.
“Quisiera llegar al último viaje como quien llega a un mostrador y le pide al dueño del bar; ¡sirva otra vuelta!”
el Gran “Pepe” Mujica