“No sois vuestro trabajo. No sois vuestra cuenta corriente. No sois el coche que tenéis. No sois el contenido de vuestra cartera.”
Tyler Durden (en “el Club de la Lucha”)
NO ERES tu trabajo, no. Aunque nos empeñemos en presentarnos siempre contando a qué nos dedicamos.
Tampoco eres el dinero que tienes en el banco, ni serás mejor o peor en función de la cantidad que tengas ahí.
Tampoco eres los bienes materiales que te rodean y acompañan en tu día a día, muchos de ellos ganados con tu sudor, y otros como regalos o legado familiar.
Lo que sí que determina QUIEN ERES realmente, es lo que ocurre dentro de ti; tus pensamientos, y cómo los transformas en acciones; casualmente lo único que puedes controlar.
Y por esta razón, no queremos enfocar nuestra energía en juicios innecesarios sobre lo que ocurre o sobre los demás; etiquetas que limitan la manera en la que nos relacionamos con todo ello, habitualmente perdiendo más de lo que podríamos ganar.
“Las tareas del alma se basan en elegir, rechazar, desear, renunciar, preparar, encontrar y aceptar. ¿Qué es lo que puede ensuciar el alma de estas tareas ? Nada más que los juicios malignos. “
Epicteto (55-135 dC)
En la mayoría de ocasiones que emitimos un juicio sobre una persona o acontecimiento, no tenemos información suficiente para opinar, pero lo hacemos, e incluso nos posicionamos fervientemente hacia un lado de la balanza.
Nuestra mente tiene necesidad inmediata de categorizar en bueno-malo, o beneficioso-peligroso todo aquello que nos alcanza, aunque sea a oídas.
«Algunos se bañan con prisa; no digas que se bañan mal, sino con prisa. Alguien bebe mucho vino; no digas que bebe mal, sino mucho. Mientras no conozcas sus razones, ¿cómo puedes saber que sus acciones son malas? Esto evitará que percibas una cosa con claridad, pero después expreses algo diferente.»
Epicteto (55-135 dC)
Este modo de interpretar lo que ocurre, desgranando tus percepciones sobre la realidad, que Marco Aurelio llegaría a adoptar posteriormente e incluso mencionaría en sus Meditaciones, nos sirve de gran utilidad para evitar precipitarnos con un juicio o creencia errónea sobre alguien o algo, y en su lugar, permanecer como neutros observadores hasta que tengamos la información suficiente para emitir cualquier tipo de juicio, aunque sea un juicio que produzcamos de manera interna solo para nosotros.
De esta forma, permaneceremos en calma evitando preocupaciones innecesarias sobre lo que quizás no ocurra jamás, nos ahorraremos prejuicios innecesarios sobre personas que no lo merezcan e incluso con las que pudiéramos entablar algún tipo de relación fructífera ya sea personal o laboral.
“Hoy me eximí de todo estorbo, o, mejor dicho, me desprendí de todos los estorbos, visto que el mal no estaba fuera, sino en mi interior, en mis opiniones”.
Marco Aurelio (121-180 dC)
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